miércoles, 7 de octubre de 2009

Cuentos...


Hola que onda hace mucho que no escribira, pero ahora regreso por que de verdad tengo algo importante que escribir xD.
Resulta que una maestra nos dejo de tarea escribir un cuento y para cumplir tuve ke hacerlo xD bueno ps de repente surgio la inspiracion y he creado esto, lo publico para que lo lean y me diagn que onda y si les gusta... (obvio es un fragmento)




Desperté eran las 3 de la tarde me levante de mi cama todavía con un poco de resaca, Salí de mi cuarto y me dirigí hacia la cocina, abrí el refrigerador, no había nada y lo cerré de un portazo.
Busque en la alacena algo para comer, encontré unas galletas que estaban a punto de expirar, me las comí y regrese a la cama.
Prendí el televisor, pero no vi la tele, solo me volví a acostar y empecé a tratar de recordar la noche anterior, sin lograr éxito alguno…
-¿Qué diablos hice anoche?, ¿Dónde estuve?-
Un comercial interrumpió mis fallidos intentos de hacer memoria.
No había mucha luz en mi cuarto, solo me alumbraban las imágenes de la tele, me dispuse a tomar un baño.
Salí de la regadera, recogí mi ropa, pero había algo raro, algo extraño, un color rojo oscuro, muy oscuro en forma de mancha estaba plasmado en mi camisa; era sangre.

-¿Qué es esto?, ¿Qué diablos hice anoche?, ¿Qué es esto?-
Un repentino “flashback” vino a mi mente pero no logre distinguir nada… solo veía una silueta de una mujer.
Queriendo escapar de todo esto que me había pasado, decidí salir a tomar una caminata.
Fume un cigarro, y empecé a caminar sin rumbo…
30 minutos después, inmerso en mis pensamientos, no sabía dónde estaba, supongo que mi subconsciente me dirigió durante todo el trayecto.
Estaba en una calle empedrada, un olor un tanto extraño como a botas mojadas impregnaba la calle, en el fondo de esta estaba un taller de perfumería, el nombre de dicho taller me debió de haber llamado la atención pero no lo hizo.
Seguí caminando sin entender por qué, una casa grande llamo mi atención.
La casa tenía un aspecto muy viejo, con un color ya desgastado victima de los años transcurridos, tenía dos pisos, y en el punto más alto de la casa en una especie de torre vigía se encontraba un balcón. Este balcón llamo mucho mi atención, demasiado diría yo, una intensa curiosidad se apodero de mi.
Víctima de esta curiosidad decidí allanar la casa que por cierto parecía abandonada, trate de forzar la puerta así que la agarre y me dispuse a hacerla ceder a como diera lugar, pero sorpresivamente esta abrió sin esfuerzo alguno, me adentre en la casa la cual tenía un gran patio delantero; el pasto estaba demasiado crecido, de color amarillento, caminé hasta la entrada principal rodeada de adornos góticos; la figura en yeso de unos niños jugando me dio un poco de escalofríos, ya que por el paso de los años las estatuas estaban en muy malas condiciones.
Llegue a la puerta con solo una cosa en mi mente… “el balcón”.
Abrí la puerta, un penetrante rechinido hizo que los vellos de mis brazos se enchinaran, había muy poca luz, y era casi imposible ver…
Entre, mis pasos eran acompañados de el respectivo crujir de las maderas ya corroídas por el paso del despiadado tiempo, efectivamente la casa había sido abandonada desde hace ya mucho.
El olor a botas mojadas había desaparecido y reemplazado por uno más fétido y fuerte, un olor parecido a mil maderas mojadas y llenas de hongos.
Llegue a un cuarto apenas iluminado por la escaza luz del atardecer que se colaba de las ventanas cubiertas de unas espesas cortinas, estaba en una especie de sala, la cual tenia algunos muebles en desorden y de un aspecto bastante antiguo, un sillón grande tapizado en gamuza color azul marino me invitaba a sentarme; cansado por la gran caminata que me dirigió hasta ese lugar cedí a la inexistente invitación.
Apenas estaba recargándome en el gran sillón cuando éste empezó a revelar su edad debido a los múltiples crujidos que producía.
Ya sentado y con mis dudas asaltando la poca tranquilidad de mi mente me volví a hacer la misma pregunta…
¿Qué diablos paso anoche?, ¿Qué hago aquí?
Estaba inmerso en mis preguntas sin respuesta cuando como por un capricho del destino dirigí mi mirada a un objeto que llamo mi atención, el objeto era casi imperceptible debido a la poca luz de la habitación, me levante del gran y viejo sillón, cruce la gran sala y me encontré con el objeto que tan repentinamente llamo mi atención, lo levante y esforzando mi mirada descubrí que se trataba de un tacón, con el cual vino a mi mente otro “flashback” confuso. Esta vez ya no se trataba de una simple silueta, si no de la borrosa imagen de una mujer corriendo como asustada…
El repentino recuerdo acabó y con ello las pocas fuerzas que tenía también, así que, desfallecido, me recosté en el piso con la firme intención de dormir, pero no pude, apenas estaba cayendo en los finos y tiernos brazos de Morfeo cuando un sonido muy fuerte como un golpe seco me lo impidió.
Abrí los ojos, me levante y fui en busca de lo que produjo ese sonido, Salí de la lúgubre habitación, cruce el recibidor, pase de largo las escaleras y llegue a la cocina de la casa antigua…
El peculiar entorno que me rodeaba era aun mas lúgubre. Entre mas me acercaba, el miedo se iba apoderando de mi ser.
Entre a la cocina empujando la rechinante puerta que daba acceso a la cocina, ésta estaba mas en penumbras que las demás habitaciones de la casa. La cocina era rodeada por un tapiz desgarrado que en sus tiempos servia como decoración de las enormes paredes; recordé que en mi bolsillo cargaba con una caja de cerillos, tome uno y trate de alumbrarme, como sabia que éste no duraría mucho hice lo posible por buscar algo con que alargar la vida del fuego que emanaba de mi cerillo. Encontre una vela vieja y sucia que de milagro encendio a la primera, y con esta mi esperanza de esclarecer este misterio, así que, decidido por éste…

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